La única participación de la selección femenina de baloncesto en silla en una cita paralímpica fue en Barcelona ’92. Entonces no necesitó clasificarse ya que logró la plaza en calidad de país anfitrión.
Veinticuatro años después, tienen la oportunidad de clasificarse para unos Juegos Paralímpicos. El equipo, a pesar de contar con menos medios que las selecciones de otros países, va abriéndose camino contra todo pronóstico en las competiciones internacionales.
Una mirada que podría ser la de una jugadora más retrata de manera íntima a unas deportistas que crecen física y psicológicamente a lo largo de un ciclo olímpico hasta conseguir la histórica clasificación para Tokio 2020-1.